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Muy buenas a todos, soy una vidente profesional con más de 20 años de experiencia en el mundo esotérico, con colaboraciones en radios en mi haber entre otras.


No tengo necesidad de preguntarte como hacen otros profesionales para respondera tus preguntas, tus dudas y tus preocupaciones, tú expones tu pregunta sobre el tema que deseas saber y yo, mediante el tarot responderé a la misma.

Me avalan muchos clientes en mis predicciones y aciertos, el tarot está para aconsejar, guiar y reconducir los caminos y yo, estoy para ayudarte a lograr que tu camino sea el deseado y esperado.


Si quieres saber que te depara el futuro, resolver tus dudas y preocupaciones, si tu alma gemela aparecerá pronto o como te afectará la crisis en la que vivimos, no dudes en ponerte en contacto conmigo, mediante mi cuenta de correo y exponer tu consulta.


Te responderé a todas las preguntas que me realices, la consulta se realizará previo pago en PayPal.

viernes, 30 de septiembre de 2011

LA REENCARNACION


Por José Manuel Anacleto

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La Reencarnación es una de las vigas-maestras del Sistema Esotérico y una Ley Universal patente en todos los niveles del Cosmos. La propia Manifestación Cósmica, por ser cíclica –como la sucesión de los días y las noches, el batir del corazón, el sueño y la vigilia, las mareas, las estaciones, etc.-, es la expresión de la periodicidad inherente a esa Ley.
A través de las Leyes del Karma y de la Reencarnación encontramos el perfecto equilibrio entre la justicia y la compasión. Disponemos de inagotables oportunidades, de eternidades enteras para alcanzar niveles cada vez más elevados de perfección y de gloria, más allá de la condición humana, tanto mejor cuanto más rápida e integralmente aprovechemos esas oportunidades, lo que depende también del mérito individual. No se alcanzan “Nirvanas” o “Cielos Eternos” permaneciendo en el estado del hombre-animal1, sin despertar y cumplir los niveles más profundos (espirituales y divinos) del Ser; pero tampoco existen condenaciones eternas a ningún infierno (desde luego el terrestre), pues la misericordia divina concede siempre nuevas oportunidades para aprender, evolucionar y ascender.
Todo ser humano mínimamente reflexivo no dejará de reconocer la puerilidad y la crueldad de las concepciones religiosas comunes sobre el cielo y el infierno que no son más que un lejano y deformado eco de la realidad; seguramente ya se habrá preguntado sobre lo que justifica tantas desigualdades en la “suerte” de los seres humanos (desde las circunstancias más felices a las más miserables) y tan evidentes diferencias en la inteligencia, bondad y otras cualidades –incluso entre hermanos de sangre. Las Leyes de la Reencarnación y del Karma permiten comprender como las circunstancias de nuestro mundo se compatibilizan con el Amor y la Justicia Divina, en los cuales nuestra confianza se restaura.
Como ya dijimos anteriormente, en la inteligencia oficial existen muchos equívocos y prejuicios relativamente a la Reencarnación; al mismo tiempo, no falta tampoco quien la acepte como una simple creencia pueril, que no sabe justificar fundamentadamente.
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En muchos países de predominio cristiano, sobre todo católico, el ciudadano común por regla general –y en la mejor de las hipótesis -, tiene una vaga idea de lo que es la Reencarnación (solo) de acuerdo con las afirmaciones del Espiritismo (incluso en ese caso sin conocimiento directo de cualquier literatura de ese movimiento, solo por haber oído decir...). Si bien que el surgimiento del movimiento espírita a mediados del Siglo pasado haya tenido la virtualidad y la importancia de llamar la atención hacia fenómenos que evidentemente merecían y continúan mereciendo un estudio serio, sus concepciones en muchos aspectos son bien diferentes de las Esotéricas (de lo que meramente esbozan una formulación muy popular, simplificada, y por tanto imprecisa).
El hecho es que la Teoría de la Reencarnación recorre toda la Historia de la Humanidad, ya que es patrimonio de la Antigua y Eterna Sabiduría, o sea de la doctrina secreta de todas las naciones; posee un rigor y una base científico-espiritual que no le cabía al Espiritismo desenvolver. En la modernidad tenemos que remontarnos una vez más a las obras de Helena Blavastky, y “olvidar” las innumerables desvirtuaciones que proliferan, para conocer el modo perfectísimo como esa Magna Verdad volvió a ser públicamente expuesta en Occidente, retomando la Tradición de las Edades.


Un Poco de humildad...
Mucho de lo mejor de la civilización venidera será resultado de la acción de personas genuina y superiormente simples, natural y espontáneamente generosas, las cuales, en su humildad –que sólo las hace más dignas-, están siempre disponibles para aprender. Por eso el párrafo siguiente está destinado sólo a quien adopta una postura de arrogancia y de “¡ya se todo!”.2
Nace de la característica soberbia de estos tiempos que un individuo, al haber asistido a una o dos conferencias de un orador cualquiera o después de leer dos o tres obras (por regla general con afirmaciones de 2ª mano, deformadas y tendenciosas), juzgue saber todo. Luego pasa a considerarse un experto, aunque sólo conozca el “ABC” o sólo el “A” o ni siquiera el “A”; e inmediatamente se dispone a emitir opiniones a diestro y siniestro, a favor o en contra, pero destituidas de un fundamento sólido.
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Nosotros por ejemplo sabemos muy poco de geología. Nunca se nos pasaría por la cabeza comenzar a dar clases de geología o a escribir libros o dar conferencias contra los conocimientos (reales o supuestos) de la Geología. Ahora bien, son rarísimas las personas (incluyendo los que se lanzan a ser “instructores del esoterismo”...) que conocen literatura ocultista (o ni siquiera los nombres de los autores) de gran calidad nunca traducidos a nuestra lengua; la gran mayoría tampoco leyó o entendió realmente las obras más importantes ya traducidas u originalmente escritas en español. A los campeones del Materialismo o al Espiritualismo consumista, bien sería necesario un poco más de humildad –aquella misma que se revela en tantos hombres y mujeres de buena voluntad.
Con el fin de intentar ser sintéticos y hacer la exposición más simple, comenzaremos a hablar sobre la Reencarnación recurriendo al método de pregunta/respuesta.

¿Qué es la reencarnación?
Reencarnación, como la palabra indica, significa encarnar (o sea revestirse de cuerpos) más de una vez. Consiste en el cíclico o periódico tomar de formas, cuerpos o vehículos de expresión por parte de una Entidad que en sí misma es de naturaleza más elevada y permanente que esos mismos medios a través de los cuales se manifiesta. Es el cíclico revestimiento de un Alma –sea el alma universal, el alma humana o el alma de un átomo –por formas que le permitan actuar (aunque limitadamente) en los mundos propios de la substancia de la que esas formas están constituidas. Es la alternancia de periodos de vida objetiva y vida subjetiva, de actividad y de reposo, comúnmente llamados de “vida” y “muerte”3.
Siendo verdad que en el Universo todas las Entidades encarnan, aunque en circunstancias muy diversas, procuraremos atenernos a lo que más directamente interesa considerar. De este modo, en las respuestas que seguirán pasaremos a referirnos solamente a los nacimientos humanos.

¿Qué es lo que reencarna?
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Es el Alma Humana –como vehículo, a su vez, del Espíritu Divino.
Expliquemos más rigurosamente esta definición sintética: en última instancia, podemos decir que es la Mónada la que –al derramar su energía por los Mundos inferiores –está en el origen mismo de las existencias cíclicas. Tal como no obstante escribimos en otras partes de este libro, la Mónada únicamente puede actuar en los Mundos Inferiores a través de una naturaleza intermediaria: el “Yo Superior”. Mientras, como igualmente fue dicho, los dos Principios más elevados de la Tríada o Yo Superior (el Principio Átmico o de la Voluntad Espiritual y el Principio Intuicional, Buddhico o de Amor Crístico) son –incluso ellos- demasiado puros e indiferenciados del Todo para encarnar en los niveles inferiores. Así, más propiamente, es la Mente Superior la que, en cada encarnación, proyecta un rayo suyo o fragmento en los mundos inferiores, actuando como guarda avanzada del Alma Espiritual (Atma-Buddhi). Recordemos que siendo sólo un fragmento de la Esencia Mónadica que se expresa a través de la Tríada Superior, también el Alma Humana (Buddhi-Manas o Mente Superior) únicamente manifiesta una limitada proporción de sus potencialidades en cada Personalidad (o sea, en cada encarnación).

¿En qué se reencarna?
En la Personalidad o Cuaternario Inferior, i.e., en un compuesto de 4 vehículos: Mental Inferior, Emocional, Doble Astral (o Cuerpo Etérico, el Linga-Sharira) y el Cuerpo Físico. Esta es nuestra naturaleza temporal, inferior, mortal, confinada a una única existencia (de ella solo subsiste aquello que es digno de la inmortalidad, o sea los pensamientos, sentimientos y determinaciones más sublimados).
En el Capítulo anterior procuramos caracterizar cada uno de los mencionados vehículos. Ahora y en síntesis, subrayamos e insistimos que reencarnar no significa tomar un cuerpo Físico, sino un conjunto de 4 vehículos formados por substancia que se diferencia por su frecuencia vibratoria –siendo la del Cuerpo Físico la de velocidad más baja y, por consiguiente, la más densa o menos sutil. Nunca repetiremos excesivamente que todos estos vehículos poseen substancia (del Plano Mental, del Plano Emocional, del nivel Astral-Etérico y del nivel Físico), agregada alrededor de los núcleos atractivos que son los átomos permanentes o átomos simiente. Y nos permitirán insistir en el hecho de que un Hombre no es su Cuerpo Físico, ni aquello que siente o desea, ni siquiera sus pensamientos concretos, dependientes de estímulos externos –, sino el “Yo”, que se expresa a través de los referidos vehículos o formas.


¿Cuál es la periodicidad de la reencarnación?
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En términos generales, la periodicidad ha registrado grandes variaciones a lo largo de los varios ciclos ya transcurridos en el desenvolvimiento evolutivo de la Humanidad. El tiempo que mediaba entre cada nacimiento (en el Plano Físico) fue en ciclos pasados de muchos y muchos millares de años (bastante superior a la media actual). Si consideramos los últimos milenios, verificamos que el gran aumento de la población mundial, dependiendo también de otras causas, igualmente parece implicar una periodicidad más rápida. No obstante, eso no significa, de manera alguna, que sea norma renacer (casi) inmediatamente después de la última desencarnación. Eso solo ocurre en casos bien raros, como por ejemplo cuando un individuo muere a una edad muy joven, interrumpiendo el curso de una vida previsiblemente más larga.
Independientemente de las variaciones cíclicas que engloban a toda la Humanidad, la mayor o menor duración del periodo entre vidas físicas difiere de acuerdo con el estado evolutivo de cada Individualidad. Generalizando, podemos decir que –también aquí- “los extremos se tocan”; son las Individualidades muy atrasadas o muy avanzadas (en términos evolutivos) aquellos que reencarnan más rápidamente. Las primeras porque su peso específico las atrae “incesantemente” a la encarnación física y por no tener méritos ni vehículos suficientemente organizados para gozar de un largo intervalo celestial en el Devachán (ver más adelante) y permanecer activas en los planos más sutiles; las segundas porque renuncian a gran parte del tiempo que podrían pasar en ese estado de beatitud celestial, y así reencarnan al fin de pocas centenas o incluso decenas de años (en algunos casos, hasta menos), precisamente para venir a Servir (como discípulos de los Maestros de Sabiduría y Compasión), y en consecuencia evolucionar más rápidamente.


¿Qué pasa en los periodos entre las encarnaciones?
La respuesta a esta pregunta, por sí sola, justificaría un libro voluminoso. Los pormenores pueden ser encontrados en la literatura tradicional (particularmente del Antiguo Egipto y del Tíbet), o en algunas buenas obras del ocultismo contemporáneo (i.e., producidas desde 1875), entre las cuales por su simplicidad, corrección y amplitud, recomendamos “La Muerte… ¿y después?”, de Annie Besant4; para un desenvolvimiento más profundo, las “Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnet”5. Así, respondemos muy sucinta y genéricamente: se procesa a) un sucesivo descarte de los vehículos que integran la Personalidad; b) la doble revisión (una todavía en el Plano Físico; la otra, antes de la entrada en el Devachán) de la existencia recién vivida; c) la “metabolización” de la quintaesencia de las experiencias y aprendizajes realizados (siendo que las cualidades adquiridas quedarán almacenadas en el Cuerpo Causal –un vehículo permanente, que corresponde al Mental Superior o Buddhi-Manas); d) un periodo más o menos largo en el Kama-Loka (etimológicamente la “región del deseo”, correspondiente al limbo de la terminología cristiana, al Hades de la Mitología Griega o al Amenti de los Antiguos Egipcios); un periodo más o menos largo de felicidad y beatitud en el mundo-estado subjetivo que podemos designar por Cielo o Devachán, una palabra tibetana que significa “la morada de los dioses”6. Estos dos periodos dependen evidentemente de los méritos de cada uno: un individuo de gran luminosidad y pureza pasará meteóricamente por el Kama-Loka y podría quedar largas Edades en el Devachán, si él no renunciase a ello para servir al Bien General y acceder a niveles de consciencia más elevados y reales; para los seres en el extremo opuesto de aquella condición de luminosidad, el estado Devachánico o celestial es más breve y la permanencia purgatoria en el Kama-Loka es más larga y desagradable. En todos los casos, sin embargo, no existe ninguna condenación a cualquier infierno eterno7, como absurda y cruelmente sustentan teologías desvirtuadas.


¿Qué es lo que determina las circunstancias de la reencarnación?
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La Ley del Karma, también llamada de Ley de Causa-Efecto o Ley de la Retribución. Fue así definida por S. Pablo: “Lo que sembremos, recogeremos” (Gálatas, VI, 7). La Ley del Karma en cualquier caso no debe ser entendida como un tipo de venganza o castigo divino, sino como el poderoso auxiliar del proceso evolutivo.
Añadiremos algunas aclaraciones un poco más complejas. Los skandhas, o atributos cuyo agregado constituye una Personalidad, forman la base Kármica para una nueva reencarnación. En cada uno de los tres Planos –Mental, Emocional y Físico- en los cuales el Alma Humana toma cíclicamente vehículos (encarnando), ella está ligada a un átomo permanente o átomo simiente (o, en el primero de los casos, a la llamada “unidad mental”). En él se contiene el diapasón, la llave vibratoria que por afinidad atrae a los restantes átomos de cada uno de esos vehículos, e incluso éstos o aquellos eventos, estas o aquellas oportunidades, de acuerdo con los “merecimientos” anteriores. En el Cuerpo Causal están subsumidas todas las cualidades desenvueltas y (por “ausencia” o “aún no actualizadas” de las potencialidades virtuales) todas las faltas a subsanar, condicionando kármicamente las oportunidades, como también las pruebas de las existencias venideras.


¿Puede un ser humano, en una vida siguiente, encarnar como un animal?
No. El ser humano comparte con los animales la misma naturaleza física fundamental, así como muchos instintos (que forman su subconsciente) pero se distingue claramente de esos hermanos más jóvenes por:
a) Ser auto-consciente, lo que deviene de:
b) Tener el Principio Mental activado (aunque muy poco en las primeras etapas) y formalmente organizado (nos referimos aquí a los niveles superiores del Mental y no al Kama-Manas).
c) Tener una conexión individualizada entre el Yo Espiritual y las formas materiales inferiores8 y, de este modo,
d) Constituir un Reino Evolutivo enteramente distinto del Reino Animal.
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“Consecuentemente, es imposible anular tales conquistas evolutivas, regresando al Reino Animal. Además, representaría efectivamente la negación del propósito de las encarnaciones, que son sucesivas oportunidades de aprendizaje evolutivo. Incluso cuando no existe en una particular encarnación ningún progreso, aún cuando se cometen viciosas acciones (físicas, emocionales, mentales) y se genera un pesado Karma negativo, no existe un retorno al Reino Animal”9.
Es verdad que encontramos referencias, tanto en el presente como en la Antigüedad, a la reencarnación de Egos10 Humanos en animales. Existen tres razones que justifican tal hecho:
1. La mala comprensión de la enseñanza original y su degradación al nivel de la creencia, como se verifica en todas las religiones, sin que ello ponga en duda la razón de ser y la prístina legitimidad de aquella misma enseñanza original;
2. En la Antigüedad, cuando la institución de los Misterios se encontraba universalmente difundida, los iniciados recurrían invariablemente a un lenguaje simbólico o metafórico. Si alguien enfatiza demasiado su naturaleza animal, está creando las condiciones kármicas de bestialidad, que se activarán en vidas posteriores. No obstante, la referencia a esa encarnación como un animal tenía solo este sentido alegórico (por ejemplo: ferocidad = tigre; astucia = zorro), que simultáneamente contribuía para refrenar la expansión de las tendencias más inferiores de amplios estratos de la población.
3. La posibilidad de los átomos-vida del Hombre reencarnante (pero no ese Hombre), después de su muerte, de llegar a ser atraídos para cuerpos animales, justamente por haber sido energetizados con experiencias de tipo animalesco11.
En el reino Animal también existe Evolución y Reencarnación pero en términos diferentes a los que se da en el Reino Humano. Salvaguardamos, sin embargo, que las mónadas encarnadas en el Reino Animal, Vegetal o Mineral son, también ellas, inmortales y que ninguna de ellas dejará de pasar por el equivalente a la etapa humana, aunque en ciclos aún muy distantes12.


¿Cuál es el objetivo de las reencarnaciones?
El desenvolvimiento de nuestras capacidades divinas, llevándolas de un estado latente hasta su realización, a través de un aprendizaje progresivo, orientado a alcanzar la perfección. “Sed perfectos, como vuestro Padre Celestial es perfecto”, en la palabras de Jesús (Mateo, V, 48). Cada encarnación es una oportunidad evolutiva para despertar, ampliar y desdoblar en nosotros cualidades –Amor, Sabiduría, Determinación, Inteligencia Creativa, Armonía, etc.- y superar nuestras insuficiencias, imperfecciones o tendencias viciosas. Ni uno solo de los hijos de Dios dejará de alcanzar las más gloriosas cumbres evolutivas, tan sublimes que no hay palabras humanas que las podrían describir. La Inmanencia de lo Divino en todo el Universo y en todos los Seres es la garantía inquebrantable del cumplimiento de ese designio. En lugar de la cruel doctrina de la condenación eterna, constatamos que habrá siempre nuevas hipótesis de progreso y redención (pero que no se realizan de acuerdo a ningún truco o trámite, y sí de acuerdo con una justicia igual para todos).Es por esto que podemos afirmar que el conocimiento de la Reencarnación nos hace más responsables, alegres y optimistas y nos incita continuamente a ser mejores; hace desvanecer el terror a la muerte y muestra la función terapéutica de los dolores que nos afectan, de ese modo contribuyendo para suavizarlos.

¿Por qué no nos acordamos de las encarnaciones anteriores?
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Al final de cada encarnación (al descartar las formas) la suma de experiencias concretas se sublima y se subsume, de Plano en Plano, hasta su impresión final en el Cuerpo Causal. (Esta codificación de datos experimentales de cada encarnación es reunida e impresa en cada átomo simiente de los cuerpos inferiores del hombre, transmutándose de Plano en Plano hasta la absorción en el Alma).
El Alma (Humana y Espiritual) es mucho más que la Personalidad encarnativa; ésta es apenas su extensión, un aspecto suyo que no la representa en plenitud. Así, cada vez que el Alma envía un rayo suyo a la encarnación, no traemos al Mundo Físico sino la síntesis y la esencia motivadora e impulsora de un propósito definido y muy particular, relativo a la nueva existencia13. Las memorias definidas de las vidas pasadas quedan en el dominio del Alma, al cual no tenemos comúnmente acceso, porque permanece en su propio Plano. Físicamente, el hombre común no tiene recuerdos de las vidas anteriores, ya que no dispone de los mismos instrumentos (particularmente el cerebro físico) de esas otras vidas. No obstante, en cada nacimiento, traemos latentes las capacidades –tan diferentes de individuo para individuo- que desenvolvimos en las encarnaciones anteriores. Y esas capacidades –y no la memoria de hechos concretos- son lo que verdaderamente importa14. Llamamos la atención sobre el hecho de que tampoco nos acordamos de haber aprendido a andar, y sin embargo somos capaces de hacerlo (y sólo eso es relevante). Adicionalmente sugerimos la lectura de las palabras de Helena Blavatsky sobre la distinción rigurosa entre memoria, recuerdo, evocación y reminiscencia en su libro “La Clave de la Teosofía”15.
Es importante no obstante salvaguardar que existen casos, aunque muy raros, de individuos que recuerdan vidas pasadas, por ejemplo cuando en la última existencia murieron muy jóvenes (y así reencarnaron muy rápidamente, sin haber llegado a descartarse de las envolturas emocionales y mentales inferiores), o cuando alcanzaron notables niveles evolutivos o aún por circunstancias puntuales que no cabe aquí desarrollar.


Y ¿En relación a esas personas que hacen regresiones en directo en la televisión?
Sin hacer juicios sobre las intenciones, lo consideramos lamentable. Subrayamos que la milenaria y universalmente difundida Teoría de la Reencarnación nada tiene que ver con tales espectáculos o supuestas pruebas, por lo que en sí misma permanece y permanecerá incólume aunque se demuestre la fragilidad o la insensatez de quien habla con demasiada ligereza de cosas realmente muy serias, importantes y con fundamento, prestándoseles un mal servicio (admitiendo, lo que es dudoso, que quisiesen prestar algún servicio).


¿No es anticientífica la Teoría de la Reencarnación?
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A la luz de una ciencia universal del espíritu, explícita en las más diversas tradiciones religiosas y espirituales de todos los tiempos (con variaciones en la forma pero unidad en la esencia) y suficientemente documentada –a pesar de las innumerables destrucciones provocadas por el fanatismo de algunos en textos científicos y sagrados que eran patrimonio de toda la Humanidad (véase el paradigmático caso de las sucesivas devastaciones de la Biblioteca de Alejandría)-, la Teoría de la Reencarnación está perfectamente asentada y fundamentada.
En lo que respecta a las ciencia oficiales –a veces llamadas experimentales-, esto es, la Ciencia moderna (después de Francis Bacon), mucho más reciente que la Ciencia Esotérica16, es importante aclarar lo siguiente: cualquier científico digno de ese nombre, que trabaje como investigador y no como propagandista de cualquier ideología –materialista o de una Iglesia sectaria- jamás podrá decir que la Teoría de la Reencarnación es anticientífica. Honestamente dirá que la ciencia, (su) ciencia –no posee (por ahora) medios, instrumentos o metodologías que le permitan confirmar o desmentir la veracidad de la reencarnación. Para hacerlo tendría que acceder a Planos superiores, más sutiles, que (todavía) no consigue ponderar. Así, si bien no puede afirmar que ella es científica tampoco puede decir que es anticientífica. Por nuestra parte, tenemos total respeto por todos los que, en la “comunidad científica”, se rigen por este código de honor. Recordamos además, que muchos de los mayores nombres de la ciencia moderna manifestaron el más vivo interés por la Sabiduría Esotérica17. Resumiendo, la afirmación de que la Reencarnación es anticientífica nunca podrá partir de quien conozca, respete y practique los paradigmas de la investigación científica, pero sí de los que ilegítima o ignorantemente hablan en su nombre.


La Teoría de la Reencarnación, ¿No es condenada por las religiones?
Las grandes manifestaciones orientales de espiritualidad, particularmente las principales religiones y filosofías hindúes, el budismo y el zoroastrismo están de acuerdo en el punto esencial de la existencia de la reencarnación. Para centenas de millones de personas, es un dato adquirido y aceptado con tanta normalidad como aquella con que diariamente miramos el nacimiento o el ocaso del sol. El ciudadano occidental común debía considerar con menos prejuicios de superioridad y con mayor respeto aquellas grandes manifestaciones filosófico-religiosas, más antiguas (a veces incalculablemente) que el Cristianismo, y que conservan enseñanzas del máximo valor.
Dos grandes religiones actuales –el cristianismo y el Islamismo- aún no reconocen oficialmente la existencia de la reencarnación. Justo es sin embargo referir que muchos han sido los cristianos y los islámicos que han considerado la Reencarnación como un hecho. Recordemos, por ejemplo, a los grandes místicos sufíes del Islam o cristianos ilustres como Orígenes, Clemente de Alejandría, Sinesio y S. Justino. Los propios S. Jerónimo y S. Agustín admitieron esa hipótesis. Solo en el Siglo VI la Iglesia Cristiana consideró herética la Teoría de la Reencarnación, en el 2º Concilio de Constantinopla (por los votos de una mayoría presionada por el Emperador Justiniano). De cualquier manera, es innegable que hoy en día –cada vez más- gran número de cristianos (incluyendo sacerdotes y teólogos) siente interiormente la realidad de la existencia de la Reencarnación.
En el próximo Capítulo, referiremos algunos de los varios pasajes bíblicos en los que lógica e implícitamente se admite la Reencarnación, y demostraremos que el rechazo al concepto de los renacimientos sucesivos vuelve/volvería a la religión cristiana un conjunto de contradicciones, injusticias e iniquidades, en cuanto que su aceptación es un punto fundamental para preservar la maravillosa enseñanza original de Cristo y de Sus más sabios discípulos.


Aceptar la existencia de la Reencarnación, ¿No es propia de personas ignorantes?
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De ninguna manera. Más adelante daremos ejemplos de la inmensa lista de los mayores genios de todas las áreas de la actividad y del conocimiento humanos que expresaron el reconocimiento de la existencia de la Ley de los Renacimientos, y en general de los postulados de la sabiduría esotérica. Ignorar este hecho o negar la reencarnación sin comprender de qué se trata, o sin presentar argumentos mínimamente consistentes, es lo que no presenta indicios de gran sensatez o imparcialidad...
Culminamos este Capítulo con citas que consideramos particularmente expresivas, de dos notables autoras, ya varias veces referidas a lo largo de este libro.
“La pérdida de la enseñanza de la reencarnación –con su purgatorio temporal resultante de sentimiento nocivos, y su cielo temporal para la transformación de la experiencia en capacidad –dió origen a la idea de un cielo infinito (del cual nadie es lo bastante digno) y de un infierno infinito (para el cual nadie es lo bastante perverso), confinando la existencia humana a un insignificante fragmento de la existencia, condicionando un futuro eterno al contenido de unos pocos años, y haciendo de la vida un ininteligible enmarañado de injusticias y parcialidades, de genialidad no conquistada y de genialidad no merecida. Un problema intolerable para los que raciocinan, y tolerable apenas para la fe ciega y sin fundamento.”
Annie Besant

domingo, 11 de septiembre de 2011

GRACIAS POR TU AMISTAD

sábado, 10 de septiembre de 2011

LOS COLORES DE LA OFICINA SEGUN EL FENG SHUI



COLORES PARA LA OFICINA EN EL FENG SHUI

DURAZNO Y TERRACOTA, VERDE, AMARILLO, BLANCO,


El feng shui contemporáneo proviene de Hong Kong, más que de la propia China, y ha quedado íntimamente ligado a los edificios corporativos de esta ciudad, como el del banco de Hong Kong, de la República China y las Torres Petronas (Malasia).

Pero,

¿es cierto que el éxito económico o comercial puede depender de la forma o la ubicación de un edificio?

Importantes investigaciones vienen a confirmar hoy algunos de los antiguos postulados del feng shui y lo cierto es que hay una evidencia creciente de que el planeamiento y el diseño del ambiente laboral influyen positivamente en el desempeño, con evidentes implicancias para las organizaciones en términos económicos y en el "capital humano".

Por ejemplo, una empresa de tele marketing eligió un revestimiento acústico gris oscuro para ambientar el lugar desde donde se hacían las llamadas: en poco tiempo debió cerrar.

Poco después, otra empresa eligió ese mismo lugar para las reuniones de equipo de ventas:

éstas disminuyeron considerablemente.

Cuando recomendamos que el mismo equipo de ventas cambiara de lugar y se reuniera en un salón amarillo con mucha luz natural, las ventas se recuperaron.

Los métodos más sofisticados dentro del feng shui, que requieren estudios especializados, pueden determinar incluso las orientaciones geográficas más favorables para una determinada actividad.

En suma, la oficina es un ambiente complejo, con muchas variables a considerar.

Sin embargo, puedes mejorar tu lugar de trabajo aplicando los tips que presentamos a continuación:

Posición del escritorio:

Se suele decir que "según el feng shui" uno nunca debería sentarse de espaldas a la puerta, para no recibir el Chi negativo.

En realidad, todo depende de las circunstancias.

Imaginemos que tu oficina tiene una ventana con una vista maravillosa de un parque con un lago etc., que sólo puede verse estando sentado de espaldas a la puerta:

resultaría casi absurdo desaprovechar esa vista tan favorable.

Dependiendo del tipo de trabajo que se realice, podemos distinguir dos posiciones para el escritorio con relación a la puerta:

Posición de Poder (asesores de todo tipo, médicos, abogados, todo trabajo en el cual sea necesario inspirar autoridad y confianza a los clientes).

El escritorio ocupa el área más alejada de la puerta.

En la pared detrás del escritorio se colocan diplomas, premios etc.

Frente al escritorio se coloca un reloj de péndulo o algún objeto móvil.
Posición Inspiradora:

(escritores, diseñadores, poetas, tareas solitarias que requieran introspección y la mayor abstracción del entorno).

El escritorio está de espaldas a la puerta y frente a una ventana con una vista agradable.

Si la vista de la ventana no es muy buena, colocar una jardinera con flores, comederos para pájaros, llamadores de viento o cualquier otro objeto sensible al movimiento del aire, o bien ubicar cerca de la ventana una fuente de agua o un cuadro con escenas de la naturaleza.

Es preciso colocar un espejo de modo que desde el escritorio puedas controlar la puerta de la habitación, si esto no fuera posible, colgar unas campanitas en la puerta para que "avisen" si alguien entra.


Los Colores:

El color influye sobre nuestro estado emocional y puede ayudar o dificultar tus tareas, según cómo lo elijas.

Los colores durazno y terracota son muy recomendables para los trabajos que se basan en la comunicación. Si nuestra tarea depende fundamentalmente de comunicarnos, escuchar, conciliar y negociar, los colores relacionados con el naranja (salmón, durazno etc.) son los más aconsejables.

Los tonos de verde ayudan a generar ideas nuevas y audaces. Son ideales para quienes trabajan generando ideas, conquistando mercados nuevos o que están cambiando de rubro en su actividad.
El azul ayuda a la introspección y a contactar con las propias emociones. Es apropiado para quienes trabajan solos, individualmente (por ejemplo, un escritor).

El amarillo claro aumenta nuestra energía para cuando nos resulta difícil permanecer mucho tiempo trabajando. Ayuda cuando nuestra tarea es monótona y repetitiva la mayor parte del tiempo (ejemplo: llenar planillas o mecanografiar textos).

El blanco ayuda a la objetividad y al trabajo intelectual. Genera una atmósfera de orden, limpieza y control del espacio. Es ideal para tareas que requieren concentración y actividad mental (ejemplo: dibujantes, diseñadores, científicos).

Si tu punto débil es la confianza y te dominan los temores con respecto al futuro, los colores naturales y terrosos te ayudarán, ya que transmiten una sensación de contención y estabilidad.


Ergonometría:

Un cajón lleno de carpetas que requiere demasiado esfuerzo cada vez que se abre, o un estante que está demasiado alto, o la posición de las manos sobre el teclado de la PC que causa tensión y dolor en las muñecas:

este tipo de problemas son el campo de estudio de la ergonometría, que investiga la relación entre las características del equipamiento y las dimensiones humanas.

Por ejemplo,

Un estudio ergonómico completo de un lugar de trabajo requiere de un especialista, pero si prestamos atención a estos detalles y hacemos lo posible por corregirlos y mejorarlos, habremos dado un paso importante hacia la armonía de nuestro espacio.

Orientación:

De acuerdo al feng shui existen para cada persona cuatro orientaciones que le son más favorables energéticamente.

Lo ideal es que, al sentarte en tu escritorio, quedes ubicada de forma tal que enfrentes a alguna de tus direcciones favorables.

¿Cómo saber cuáles son?

Sigue los siguientes pasos:

Encuentra AQUI tu número Kua, que depende del año de tu nacimiento.

Observa que el número Kua para un mismo año difiere para las damas y los varones y que el año del calendario chino no comienza el 1 de enero.

Si tu número Kua es 1, 3, 4 o 9, es preferible que al sentarte en el escritorio quedes mirando hacia alguno de estos puntos cardinales:

Norte, Sur, Este y Sudeste.

Si tu número Kua es 2, 5, 6, 7 u 8, es preferible que al sentarte en el escritorio quedes mirando hacia alguno de estos puntos cardinales:

Oeste, Sudoeste, Noroeste y Nordeste.

Los Guardianes:

De acuerdo al feng shui de las formas, un sitio auspicioso se encuentra siempre protegido por detrás y por los lados, denominados simbólicamente el Tigre (a la derecha), la Tortuga (por detrás) y el Dragón (a la izquierda).

El frente, denominado Fénix , se encuentra despejado y permite una amplia visión.

En el ejemplo de la derecha, la Tortuga (respaldo) está representada por los diplomas que acreditan al profesional que usa el escritorio, muchos abogados colocan detrás de su escritorio una biblioteca con libros (su respaldo de conocimientos).

Una ventana detrás del escritorio le quita respaldo a quien se ubique allí.

viernes, 9 de septiembre de 2011

FENG SHUI y LOS COLORES


FENG SHUI y LOS COLORES QUE SON MAS IDONEOS

Es obvio que el color en sus diferentes expresiones es una fuente importante de información, y que influye de forma sutil en el estado de ánimo.

Un cuadro puede contener por ejemplo colorido oscuro y gris fomentando un espacio taciturno o por el contrario un paisaje agradable, colorido y lleno de optimismo, es fácil reconocer la diferencia que emanan diferentes tonos y las asociaciones que representan.

Finalmente, si traslada esta situación a un espacio físico fijando su permanencia constantemente proyectara un tipo concreto de Qi o energía.

En el arte del feng shui ciertos colores se asocian a los 5 elementos, por ejemplo un color rojo nos hablaría del elemento fuego, de la estación veraniega, de un órgano interno como el corazón y también de ciertas asociaciones como la diversión, el estrés, lo festivo, etc.

Tanto la calidad de los tonos como la cantidad de espacio que se usa para un color puede determinar si el elemento esta o no equilibrado.

Por ejemplo unos detalles de fuego en un espacio fomentan la actividad y la alegría, un exceso puede atraer un extremo de dinamismo que conlleve finalmente a estrés o impaciencia.

Por eso cuando se usan los 5 elementos no basta con decir tal o cual color, la riqueza y matices de los consejos pueden ser amplios y conviene un buen análisis del espacio en conjunto.


Las personas que se acercan a este arte por primara vez siempre preguntan que colores deben utilizar, no es una cuestión que se responda diciendo sin más que un color tiene que ir aquí o allí.

Nosotros no somos muy partidarios de dar consejos "específicos" sin ver un lugar en su estado real, a menudo se hacen consultas a distancia donde se pide un tono concreto para un dormitorio o el salón y la persona que pregunta le es difícil comprender la dificultad que entraña dar un consejo correcto.

Por ejemplo, a una persona que padece estrés crónico no seria acertado ponerle en su salón de estar colores muy yang, pues seguramente agravarían su situación y de la misma forma a una persona introvertida, apática y friolera no le resultaría equilibrado tonos grises, negros o azul oscuro.

Son cuestiones que deben valorarse en conjunción con otro tipo de datos que aporta el feng shui.

Tampoco debemos tener un miedo desmedido que nos imposibilite tomar una elección personal en el asunto.

Si contamos con un estudio y una carta geomantica tendremos obviamente más datos para la elección, en caso contrario podemos guiarnos por cuestiones más asequibles.

¿Que colores utilizo para las zonas de mi casa?

No es aconsejable ser rígidos en este asunto y pensar que debemos pintar cada "área" de un color concreto.

La carta geomantica en sus distintos enfoques, los colores asociados a las direcciones cardinales y el estudio de los elementos nos da una información variada y a veces contradictoria sobre los colores a utilizar.

Imagine que sigue el método que asigna el color según la teoría de los 5 elementos y su relación con las direcciones cardinales.

Tiene en su casa que ubicar el comedor en el parte norte que esta simbolizada por el elemento agua y por consiguiente con los colores azul y negro.

Si el comedor no tiene demasiadas ventanas y hay poca luz natural seria un tremendo error seguir las recomendaciones que dictan la asociación anterior ya que acabaría convirtiendo el salón de su hogar en algo frío y sin movimiento.

Los 5 elementos y colores básicos.

Fuego Rojos, anaranjados, rosa.

Tierra Marrones, beige, amarillos.

Metal Blancos, dorados, plateados.

Agua Azules, negros.

Madera Verde.


Lo siguiente son algunas ideas y pautas al vuelo sobre el uso del color, aplicadas a determinadas estancias de la vivienda y distintos tipos de caracteres personales.

El color de la personalidad y las habitaciones.

En general las personas nerviosas, hiper activas, dispersas o excitables tienen que evitar colores en exceso Yang:

Rojos, amarillos, anaranjados o muy chillones.

Son más acertados colores neutros y suaves que serenan y tranquilizan.

Las estadísticas observan que los automóviles mas accidentados son de color rojo, la relación estres y rapidez es patente.

Si la habitación la ocupa una persona tímida, apática, friolera o con tendencia a la depresión evitaremos colores muy Yin.

El negro, el azul oscuro, el verde sin luz, o tonos grises hundirían a la persona mas profundamente.

Los colores más cálidos representados en la primavera como los salmones, amarillos, o tonos luminosos pueden estimular el movimiento y resultar adecuados.

La actividad de una zona particular.

En un dormitorio de pareja hay que ser prudente con la presencia excesiva de colores como el negro, verde oscuro, gris que pueden resultar demasiados fríos.

Para un dormitorio de pareja suelen aconsejarse tonos basados en el rosa pálido, ámbar o melocotón en tonalidades pastel.

Los colores neutros y blancos pueden estar bien si el conjunto muestra detalles de cierta calidez.

En el comedor no conviene abusar de colores chillones que no permiten relajarse ni tampoco de tonos oscuros que dan un toque de tristeza al lugar.

Pueden ser interesantes colores cremosos, amarillos en tonos suaves.

Estos consejos siempre se adaptan a la luz natural así como al mobiliario y decoración.

En la cocina de una vivienda pueden utilizarse tonos basados en la tierra (ocres, teja, beige, etc.) evitando la frialdad que no estimula el placer de cocinar.

En una cocina industrial donde se da gran importancia a la facilidad de higiene y la pulcritud la presencia del elemento Metal es más tolerable.

En un recibidor puede ser un consejo decantarse por colores claros, luminosos, alegres que inventen a entrar con buen ánimo.

Un recibidor oscuro y penumbroso produce un Qi decaído al entrar a la vivienda.

Sobre el gusto personal.

No es aconsejable imponer ningún color que incomode o disguste a la persona que va a utilizar el espacio.

El Feng Shui busca el equilibrio y utilizar cualquier información de forma fanática o estricta puede causar peor resultado que una corrección en si misma.

En una casa familiar hay que hacer votos de unidad para llegar a un buen acuerdo, intentando respetar los espacios individuales.

También hay que decir, que un cambio fuera del gusto habitual a veces es necesario, pues a menudo cristalizamos malos hábitos o aspectos relacionados con endurecimiento de la sensibilidad.

Es similar a quien se adapta a escuchar el sonido muy alto, al humo de salas cargadas, al exceso de sal o en el caso que nos ocupa a ciertos colores que influyen negativamente.

Pueden empezarse con pequeños cambios que dan cabida a otros mayores.

Es posible que si usted sugiere pintar toda la casa de nuevo, alguien de la familia se ponga en guardia, pero si empieza por algo más pequeño se acoja la propuesta.

También es posible introducir el color a través de cambios menores en la decoración como colchas de cama, cortinas, una lámina o pintura, etc.

Si los cambios tienen éxito darán pie a tratar otras áreas por la necesaria integración.

Los colores a menudo dicen sobre la salud y animo de las personas.

Es difícil ver a un niño lleno de juventud y vitalidad con tonos grises o una persona deprimida con tonos primaverales, así mismo una vivienda también se viste con determinadas ropas según las personas que la habitan.

Lo dado aquí son consejos generales, un estudio global de feng shui podrá indicarle otras tendencias que no son tan obvias.