Cuando estamos en armonía con la vida,no
necesitamos preocuparnos o luchar para protegernos.
Hay una luz en ti que jamás puede
extinguirse
y cuya presencia es tan santa que el mundo se
santifica gracias a ti.
Todo lo que vive no hace sino ofrecerte
regalos
y depositarlos con gratitud y alegría ante tus
pies.
El aroma de las flores es su regalo para
ti.
Las olas se inclinan ante ti,
los árboles extienden sus brazos para protegerte
del calor
y sus hojas tapizan el suelo para que camines
sobre algo mullido,
mientras que el sonido del viento amaina
hasta convertirse en un susurro en torno a tu
santa cabeza.
UCDM