El misterioso mundo de la parapsicología sigue atrayendo a millones de personas
"Y en América Latina, y en España, el número que consulta a expertos en las artes adivinatorias es seguramente mucho mayor", indica Ramón Sala, un español que es uno de los organizadores de esta feria.
En un pequeño espacio, detrás de una espesa cortina de terciopelo, Didier Beltran cuenta a la AFP que desde pequeño tiene el don de ver el futuro de las personas, pero que le asustaba, a él y a sus familiares.
"Sentía cosas, se me venían imágenes, al ver a las personas.
Hasta que decidió ponerlo al servicio de la gente, sus clientes, que le piden que les diga su futuro:
"Un verdadero vidente es un artista.
Este fin de semana se veían en la feria sobre todo mujeres, cuyas preguntas giraban en su mayoría en torno al mundo sentimental y familiar.
"Yo voy a un vidente una vez al año, sobre todo en un periodo donde me siento confusa, donde no veo las cosas claras, ya sea en mi vida profesional o personal.
Alrededor de 40% de los asistentes a la feria son hombres, desde jefes de empresa hasta estudiantes, pasando por jóvenes desempleados, precisó Laligan.
"Los hombres traen otras inquietudes, sobre todo laborales, profesionales", confirmó otro experto en las artes adivinatorias, Monsieur Olivier, que cobra, como Beltran, un promedio de unos 80 a 100 dólares por una hora de consulta.
"Acabo de atender a un jefe de empresa", dijo Olivier, que nota que con la crisis ha aumentado bastante este número de consultas.
Ramón Salas reconoce que en este medio -donde no se requieren diplomas, ni formación- "abundan los charlatanes".
"Pero nosotros tratamos de reducir su presencia al mínimo", dijo, admitiendo que este mundo puede ser fascinante, pero tiene también su faceta oscura.
"Nosotros prohibimos terminantemente que los participantes en la feria hagan daño.
Aunque es un mundo que sigue fascinando a muchos, la crisis también le ha pasado factura.